SINCRONÍA
Bailan mujeres y hombres
en la pista de baile
del mundo,
pero escucha cada uno
una música distinta.
Sordera de prójimo
convierte el baile en combate,
y chocamos en una danza,
perversa,
de armonías disonantes.
Pero hay compases
con fallos técnicos,
acordes despistados,
vacilantes,
momentos de silencio.
Las vidas se encuentran,
se escuchan,
y ejecutan,
entonces,
un número perfecto.
Tal vez algún día
se sincronice la escena,
y bailemos al unísono,
también,
cuando la música suena.
Comentarios
Publicar un comentario