Mercaderes



MERCADERES 


Hay que enfadarse y gritar
contra el que profana vidas,
el vendedor de apariencias,
contra el mercader de credos
y el usurero de penas.

Hay que devolver un "no"
a quien comercia con guerras,
y oponer la bondad desnuda
a las armas, a las fieras
que a zarpazos amenazan
esta humanidad hambrienta
de sentido, de palabra,
de esperanza, de inocencia.

Hay que tirar por el suelo
las mesas de los cambistas
que regatean con leyes
y manipulan conciencias.
Plantarle cara a lo indigno
aunque resistir convierta
en incómodo al que lucha
en peligroso al que alega,
que no es amar un negocio
ni el egoísmo bandera.

Hay que despejar el templo
de cerrojos y cadenas,
de credos atornillados,
de corazones de piedra.

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