A veces, el amor son esos pinchazos
que sentimos en el corazón al darnos.
Cuando nos quedamos sin lo que teníamos.
Sin tiempo.
Sin planes.
Sin descanso.
Esa sensación de quedarnos vacíos, esperando plenitud.
La mueca que se nos dibuja en la cara cuando hacemos oídos sordos a esas dudas sobre si vale la pena. Corazón tonto, calla.
Mira.
Date.
Y espera.
El amor serán lágrimas impotentes ante la maravilla del calor que vuelve.
Callaremos al no encontrar palabras
para expresar el agradecimiento
ante tanta fortuna inmerecida.
Bendita impotencia.
Benditas lágrimas.
Benditas dudas.
Y benditos pinchazos.
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